El tema de la dislexia
con frecuencia nos llena de inquietudes en muchas consultas; actualmente
existen una gran cantidad de niños, niñas y
jóvenes que están teniendo problemas importantes en sus procesos de
lectura y escritura sin saber la razón
aparente, lo cual los lleva muchas veces a un fracaso o a la deserción escolar;
por no recibir la información, la evaluación, el diagnóstico y la intervención terapéutica necesaria a esta
situación que enfrentan a diario. Debido a que la lectura y la escritura son procesos
prioritarios en la vida del ser humano,
se podría afirmar según algunas estadísticas mundiales, que la cantidad de niños, niñas y jóvenes
que viven diariamente dificultades académicas por esta causa es un factor digno de tomar en cuenta por
cada educador. Se puede esperar que por cada aula o grupo de estudiantes de
25 niños (a), haya por lo menos un caso
con esta situación. Afecta aproximadamente al 20% de los escolares,
evidenciándose en una lectura confusa, lenta y con variedad de errores de
ortografía y cambio de letras o sílabas.
La dislexia no es una falta de interés, motivación
o una discapacidad sensorial, de un
entorno educativo y ambiental desfavorable, o de otras condiciones limitantes. Por lo tanto, no es válido etiquetar a un
estudiante “disléxico” como descuidado, desatento o perezoso.
¿Entonces qué es?
"Dys" en griego significa pobre o
inadecuado, inversión, desorden, separación, etc. y "lexis", palabra
o lenguaje. Etimológicamente la
palabra dislexia quiere decir dificultades de lenguaje o dificultades
con la lectura y la ortografía.
En la acepción actual se refiere a
problemas de lectura y/o a un trastorno en la adquisición de la lectura,
pero con repercusiones en la escritura.
Sin embargo, existen tantas definiciones del término, como puntos de
vista y de ahí la gran confusión de padres – madres de familia y educadores,
veamos algunas relevantes:
Una definición sencilla de la dislexia es la que
nos dice que es el problema para
aprender a leer que presentan niños, niñas y jóvenes, con un coeficiente intelectual normal
y no aparecen otros problemas físicos o psicológicos que puedan explicar las
dificultades.
La dislexia es una alteración de origen
neurológico, a menudo genética, que interfiere en la adquisición y el
procesamiento del lenguaje. Es de gravedad muy variable y se manifiesta por las
dificultades en el lenguaje receptivo y expresivo, incluido en el procesamiento
fonológico, en la lectura, la escritura, la ortografía, la caligrafía y en
ocasiones en la aritmética. Podemos
observar que cada definición abarca los diferentes puntos de vista de
neurólogos, psicólogos y especialistas
en el lenguaje.
M. Thomson, la define como ... "es una grave dificultad con la forma escrita
del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y
emocional". Se caracteriza porque las adquisiciones del individuo en el
ámbito de la lectura, la escritura y el deletreo, están por debajo del nivel
esperado en función de su inteligencia y de su edad cronológica. Es un problema
de índole cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas
con la modalidad escrita, particularmente el paso de la codificación visual a
verbal, la memoria a corto plazo, la percepción de orden y la secuenciación.
La
dislexia se puede describir como una manifestación de un trastorno en el
desarrollo del lenguaje que aparece en
las primeras etapas evolutivas y que se presenta de formas distintas a lo largo del desarrollo. Estos problemas surgen con frecuencia en la etapa preescolar y persisten a lo
largo de la infancia, la adolescencia e incluso la edad adulta.
Entre otras definiciones de gran aporte, encontramos la de la Asociación Británica para la Dislexia "una persona disléxica es alguien con una
incapacidad lingüística especifica, la cual afecta la ortografía, la lectura y
otras habilidades de lingüística y que se caracteriza por una incongruencia
entre su potencial mental y su nivel educativo, pese a la enseñanza
convencional en el aula, ya que no existe ninguna alteración emocional primaria
o condición ambiental adversa”.
Analizando cada definición observamos que el término “dislexia” ha
sido utilizado durante mucho tiempo para designar los diferentes tipos de
problemas de aprendizaje y hasta se ha definido por algunos como un tipo de
incapacidad para aprender, pero esta dificultad es solamente un aspecto de la
dislexia. También se ha dicho que es el resultado de un problema neurológico,
cerebral o causado por algún tipo de malformación... pero actualmente se ha
descartado esta hipótesis y parece que no es más que una particular manera de percibir el mundo, una forma diferente de
interpretar ciertos símbolos o palabras, según Ronald D. Davis.
Muchas personas tienden a procesar la información de una forma visual
o imaginativa. Es decir, elaboran su pensamiento primeramente a través de su inteligencia visual. Podríamos decir
que su pensamiento produce una película continua. Y la película se interrumpe
cada vez que deben leer una palabra abstracta, que no es fácilmente traducible.
estas palabras forman el 50% de lo que leemos o hablamos. Por tanto, estas
personas tienen una percepción de la realidad diferente a las personas que
utilizan el área verbal. Algunas de estas personas, cuando se enfrentan a la
etapa de aprendizaje de su vida, encuentran problemas derivados de esta forma
de ser: padecen frecuentes distracciones y equivocaciones involuntarias cuando
los procesos de enseñanza y aprendizaje
se les presenta a través del rígido mundo de los símbolos. Y más
concretamente les afecta en los siguientes ámbitos de aprendizaje:
lecto-escritura, matemáticas, coordinación motora- equilibrio, comprensión,
concentración... ya que al encontrarse con estímulos o símbolos que no pueden
reconocer, pierden interés y atención y por tanto, cometen errores.
Para L. Bravo, la
dislexia es un problema de recepción, comprensión y expresión de la comunicación
escrita, un trastorno que afecta a
un porcentaje muy alto de la población que en muchas ocasiones es mal
diagnosticado y se asocia con una mala calidad de la educación. Dificultades en el desarrollo de los
procesos de memoria, análisis, síntesis, abstracción y categorización son algunas de las consecuencias de la
desatención en un posible caso de dislexia.
Los estudios recientes demuestran que son producto de
deficiencias en el desarrollo del lenguaje y no como resultado de una
inmadurez perceptivo – visual y motora,
como siempre se creyó. Los
tratamientos aplicados según este erróneo enfoque, basados en la estimulación de
las funciones visuales y psicomotoras era útiles para el desarrollo psiconeurológico
infantil, pero nada tenían que ver con las dislexias.
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