Las altas cifras de abandono y fracaso escolar en todas las etapas
educativas ponen de manifiesto la necesidad de un cambio en la
metodología docente y en la formación del profesorado. Se está
observando que en la mayoría de los países europeos la clave para
mejorar la calidad del Sistema Educativo estriba en la formación del
profesorado, así como su continua incentivación y motivación.
El
profesorado necesita formación adaptada a las nuevas necesidades.
Todavía no se está realizando una formación psicopedagógica de calidad
que dé respuesta a los problemas que se encuentran nuestros docentes en
las aulas. No es lo mismo dar clase a un grupo homogéneo que a otro
heterogéneo, con diferentes capacidades y rendimiento. Hay que asesorar
al profesorado en cuanto a problemáticas que antes no existían o se
desconocían, como los alumnos disruptivos, la desmotivación, el déficit
de atención, la hiperactividad, las ludopatías, la anorexia, la bulimia,
el ciberbullying o la drogadicción. También precisan formación en temas
tales como: materiales específicos para trabajar en esa diversidad,
agrupamientos más flexibles, las nuevas tecnologías aplicadas a la
educación, evaluación, mejora de la tutoría, medidas para mejorar la
convivencia etc. El futuro profesorado precisará de experiencias
directas y ejemplificaciones de la compleja tarea de enseñar tal como
dinamizar un aula, llevar a cabo una entrevista, motivar a los alumnos, o
resolver conflictos en el aula.
Una de las piezas fundamentales
en la formación del profesorado es la Educación Emocional. Tanto los
alumnos como los profesores deben tener una sólida formación en este
ámbito. Gran parte del malestar docente y de los problemas de
convivencia se deben a que no se gestionan adecuadamente los conflictos.
La competencia emocional debe ser previa al resto de competencias
docentes o investigadoras. Si un profesor no tiene habilidades sociales y
no posee recursos para dinamizar un grupo, llevar a cabo una entrevista
o resolver un conflicto de convivencia, todo su bagaje intelectual y
científico le va a servir de bien poco.
El propio Presidente de
la CRUE, Angel Gabilondo, rector de la UAM, plantea la necesidad de una
formación pedagógico-psicológica seria en forma de competencias
docentes, para atender la compleja realidad de la situación de las aulas
contemporáneas. "Es importante una formación rigurosa en psicología
evolutiva y del aprendizaje, y que ofrezca recursos didácticos
motivadores y de atención a la diversidad”.
Desde la
Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de
España (COPOE) entidad que aglutina a 22 entidades territoriales y a más
de 8.000 profesionales vinculados a la orientación, instamos a las
autoridades educativas a que de una vez por todas se aborde la situación
educativa en nuestro país con un P.I.B. dedicado a la educación similar
a la media europea, con un plan de construcción de edificios escolares
adaptados a las necesidades reales, con unas ratios adecuadas para
atender con calidad la atención a la diversidad y, finalmente, con una
formación inicial y permanente del profesorado de tipo psicopedagógico.
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